Velón Tetragramatón: un clásico que nunca falla
Hay objetos que, por más vueltas que les demos, siempre despiertan curiosidad. El velón tetragramatón es uno de ellos. Lo ves en una estantería, en una tienda esotérica o en casa de alguien, y enseguida notas que no es un simple adorno.
Fuente de la imagen: Tiendajorgegaldon.com
¿Qué es exactamente el tetragramatón?
El tetragramatón, en pocas palabras, es la representación de un nombre sagrado muy antiguo, rodeado de símbolos que lo convierten en un escudo protector. El velón que lo lleva grabado hereda esa carga: al encenderlo no estás prendiendo una vela cualquiera, sino una herramienta ritual que se ha usado durante generaciones.
(Alguna vez me contaron de un vecino que lo tenía siempre encendido los domingos; decía que así la casa estaba “cerrada” a malas energías. Lo curioso es que, superstición o no, allí dentro siempre se respiraba tranquilidad).
Para qué sirve el velón tetragramatón
No hay que marearse con tecnicismos. La utilidad principal es la protección. Lo colocas, lo enciendes, y se supone que te rodea un campo de seguridad. También se utiliza para limpiar ambientes cargados, para cortar rachas negativas o incluso como refuerzo en peticiones personales.
¿Funciona? La tradición afirma que sí, con una efectividad muy alta. Y quienes lo usan suelen hablar con convicción: “siempre que lo prendo, algo cambia”. Puede sonar exagerado, pero ese tipo de confianza repetida no aparece de la nada.
La estrella de cinco puntas: ¿por qué está ahí?
El detalle que llama más la atención es la estrella de cinco puntas en el centro. No es un capricho decorativo. Representa la unión del espíritu con los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. En equilibrio, esa estrella actúa como sello de protección.
Mucha gente la asocia con películas o libros donde aparece como símbolo misterioso, casi prohibido. Sin embargo, en este contexto es lo contrario: la estrella pentagonal se enciende como quien pone un candado invisible a su alrededor.
Una práctica viva y cercana
El velón tetragramatón no se queda en lo teórico. Tiene un uso muy concreto: prenderlo con intención. Puede ser antes de dormir, en medio de una mudanza o justo cuando se percibe que “algo raro” flota en el aire. A mí me suena más a ritual cotidiano que a ceremonia solemne.
No hace falta montar un altar barroco ni recitar textos en voz alta. Con encenderlo ya se activa su efecto protector, y eso lo convierte en un recurso sencillo para quien busca sentirse resguardado.